LA VIDA DE CÉSAR ABRAHAM VALLEJO MENDOZA
Nació en Santiago de Chuco, departamento de La Libertad, en
la sierra norte del Perú, el 16 de marzo de 1892. Fue el menor de una familia
de once hermanos, con ancestros vinculados al sacerdocio. Sus padres fueron
Francisco de Paula Vallejo Benítez y María de los Santos Mendoza. Cursó estudios
de secundaria en el colegio San Nicolás de Huamachuco (1905-1908) y, ante la
imposibilidad de ingresar a la universidad debido a su precaria economía,
trabajó como ayudante de cajero en la hacienda azucarera “Roma”. En 1913 se
trasladó a Trujillo para estudiar medicina, pero abandonó dicho proyecto e
inició la carrera de Letras en la universidad nacional de dicha ciudad,
graduándose como bachiller en 1915, con su tesis
El romanticismo en la poesía castellana
Cultura infantil
-Trabó amistad con el grupo literario “La bohemia de Trujillo”,
encabezado por Antenor Orrego y Víctor Raúl Haya de la Torre. Publicó luego las
primeras versiones de algunos poemas que compondrán más tarde “Los heraldos negros
“en los diarios La Industria y La Reforma de Trujillo
(1917). Ese año enseñó primaria en el colegio Nacional San
Juan de Trujillo, donde tuvo como alumno Ciro Alegría. En 1918 Vallejo se
trasladó a Lima, como consecuencia de un desengaño amoroso, publicando Los
heraldos negros, con evidente influencia del modernismo, principalmente de
Darío, de Herrera y Reissig y de Chocano; dejando entrever, sin embargo, rasgos
originales como una mayor sencillez, coloquialidad y una visión religiosa de la
existencia. En Lima cultivó la amistad de Manuel
González Prada y José María Eguren, reputados poetas
degeneraciones anteriores. Asimismo se vinculó a jóvenes escritores –varios de
ellos provincianos– agrupados alrededor de las revistas
Colónida y Amauta, entre ellos Abraham Baldelomar y José Carlos
Mariátegui, quien escribió un importante estudio sobre la poesía de Vallejo,
incorporado a su libro 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana
Vallejo se dedicó a impartir clases en el colegio Nuestra Señora
de Guadalupe y, estando de visita en su pueblo natal, resultó involucrado en
unos violentos incidentes, siendo detenido junto aunó de sus hermanos “por
incendio, asalto, homicidio frustrado, robo y asonada...”. Esclarecida la
injusticia de su detención y encarcelamiento por cerca de cuatro meses, el
poeta encontró tiempo suficiente para cursar estudios de Filosofía y Letras en la
Universidad de San Marcos. En 1921 ganó el certamen literario organizado por la
Sociedad Cultural “Entre Nous”, con el cuento titulado “Más allá de la vida y la
muerte”. El premio le permitió editar su segundo libro de poemas,Trilce (1922),
trabajado en la cárcel donde estuvo preso. El título, al parecer, conjuga los
vocablos “triste” y “dulce”. En esta obra Vallejo canceló definitivamente la
herencia del modernismo, creando un lenguaje original, con experimentos
formales afines al creacionismo y al expresionismo.
Trilce supone un hito en la poesía de lengua española, por
la fusión de elementos culturales nativos y cosmopolitas; ha sido comparada por
la crítica con La tierra baldía, Residencia en la tierra y otros textos
capitales. La obra tuvo una fría acogida de parte de la crítica especializada,
si se exceptúan los comentarios de Luis Alberto Sánchez y Antenor Orrego
En 1923 publicó dos obras narrativas:
Escalas Melografiadas y Fablá salvaje y ese mismo año
abandonó el Perú con destino a París, atraído por la cultura francesa; allí
vivirá la bohemia del extranjero. Lo deslumbró el Louvre y frecuentó los cafés
de Montparnasse y el Barrio Latino. Jamás retornaría a su patria. Conoció a
Picasso, quien lo retrató en un célebre boceto. Sin trabajo, agobiado por
diversas dolencias y por la muerte de su padre, escribió varios de los llamados
“poemas en prosa” que figurarían más tarde en
Poemas humanos Alternó hacia 1924 con los intelectuales de
la época y conoció a Huidobro, Desnos, Tzara y Marcel Aymé. Consiguió un puesto
de trabajo como corresponsal en la empresa de los Grandes Periódicos
Iberoamericanos (1925). Se dedicó a la creación literaria y, paralelamente, a
la profesión periodística, que lo convirtió en prolífico articulista. Colaboró
con la revista Mundial de Lima y viajó por primera vez a España (1925). Fundó,
en 1926, con el poeta español Juan Larrea, la revista.
Favorables París Poemas y en 1927, conoció a la que habría
de ser su esposa, Georgette Philippart. Cada vez más influido por el marxismo,
Vallejo visitó la Unión Soviética en 1928 y retornó un año después, en compañía
de Georgette, ya casado. La pareja recorrió Berlín, Leningrado, Moscú, Praga,
Viena, Budapest, Venecia, Florencia, Roma, Génova y Niza. En 1930 el poeta fue
expulsado de Francia por sus actividades políticas, instalándose en Madrid,
donde publicó la segunda edición de Trilce, con prólogo de José Bergamín y un
poema de Gerardo Diego. Vallejo se afilió al Partido Comunista de España y
publicó su novela “El tungsteno”(1931), tributaria del realismo socialista. Por
tercera y última vez visitó la Unión Soviética, viaje que sería el origen de su
libro Rusia en 1931. Reflexiones al pie del Kremlin
Colaboró, desde 1933, en Germinal , de París, con artículos
sobre la situación social del Perú y con críticas a los surrealistas, a favor
de un arte comprometido y realista. Debido a la precariedad económica de la pareja,
Georgette vendió su piso. En 1936 el matrimonio se instaló definitivamente en
el hotel Du Maine. Al estallar la guerra civil en España, Vallejo se consagró
al apoyo republicano. En diciembre de 1936 viajó a Madrid y Barcelona, y tomó
parte en el congreso de escritores antifascistas de Valencia (1937), al que
asistieron Pablo Neruda, André Malraux y Octavio Paz, entre otras personalidades.
De regreso a París, fundó el Comité Iberoamericano para la Defensa de la
República y participó en la organización de Nuestra España, vocero del citado
comité, junto con Pablo Neruda. Vallejo, que durante diez años había abandonado
la poesía, incursionando en otros géneros como la crónica y el teatro, se
dedicó a escribir febrilmente, dando a las prensas.
España, aparta de mí este cáliz .Algunos poemas suyos fueron
publicados en la revista (El mono azul), que dirigía el poeta Rafael Alberti.
El 15 de abril de 1938, después de una penosa agonía en la clínica Aragó,
falleció en París, tal como lo anunció en su poema “Piedra negra sobre una
piedra blanca”.
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